Cuando tomamos conciencia de nuestros límites existe la posibilidad de superarlos. Un pájaro que vive en una jaula da nacimiento a sus hijos en la propia jaula. Al nacer, estos pajarillos traen alas. Incluso si en la jaula no pueden volar, el hecho de que nazcan con alas muestra que su naturaleza real es tener contacto con el espacio abierto del cielo. Pero si un pájaro que ha vivido siempre en una jaula escapa súbitamente de entre sus barrotes, podría encontrarse en muchos peligros, porque no sabe qué le aguarda fuera. Puede ser devorado por un halcón, o cazado por un gato. Por lo tanto, le resultaría de utilidad entrenarse un poco, volando en un espacio limitado, hasta que, cuando se encuentre preparado, pueda definitivamente emprender el vuelo.
Namkai Norbu, El estado de autoperfeccción.Ediciones La Llave.
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